Recordar cosas que aún no se han vivido es un fenómeno popular y científicamente conocido como
déjà vu. Afecta al 70% de las personas, particularmente a las de edades comprendidas entre los 15 y 25 años, según estudios formales. Para el doctor Arthur Funkhouser, hay
tres tipos de experiencias que se recogen bajo esta denominación: el ya visto, el ya sentido, el ya visitado.
Aunque en ocasiones se ha relacionado con fenómenos temporales de epilepsia, la ciencia no ha descubierto todavía los mecanismos que pueden provocar esta vivencia subjetiva, que no puede compartirse con otras personas, que es fugaz para la memoria y sutil para la investigación médica.
Las hipótesis que avanza la ciencia para explicar este fenómeno son diversas. Psicólogos y neurólogos consideran el
déjà vu como una alteración de la memoria. Los psicoanalistas piensan que es resultado de los sueños diurnos y de las fantasías inconscientes de la persona.
También se relaciona con una alteración de la percepción o como un error en el procesamiento cerebral del tiempo, una especie de incapacidad temporal para establecer una secuencia lógica de los episodios percibidos.
Otra aproximación la considera como una experiencia catalogada como
falsa memoria, según la descripción realizada por Elizabeth F. Loftus, de la Universidad de Washington. Uno de los artículos emblemáticos de la literatura científica sobre el
déjà vu lo publicó
Scientif American en 2002, en el que se explica que Freud lo consideraba una fantasía del inconsciente.
El artículo expone también una aproximación “holográfica”: según el psiquiatra holandés Herman Sno, los recuerdos se acumulan en forma de hologramas y cuando la memoria acude a ellos, puede fabricar un recuerdo completo a partir de un pequeño detalle, originando la sensación de que la experiencia ya era conocida.
Según esta hipótesis, actualmente la más extendida, el cerebro memoriza los recuerdos de tal manera que cualquier detalle de una escena, como el olor, color o sonido, permite acceder a todos los detalles de la escena recordada, según el principio holográfico de que el todo está reflejado en cada una de las partes.
Por eso ocurre, según esta hipótesis, que cuando en una experiencia nueva el cerebro identifica un detalle asociado a otra experiencia anterior, incorpora los sentimientos vividos en la primera experiencia produciendo la sensación de que la estamos viviendo por segunda vez.
Nueva aproximación Un nuevo paso en las investigaciones para profundizar en el conocimiento de esta experiencia lo han dado ahora investigadores de la
Universidad de Leeds, a partir de la constatación de que no sólo hay personas que tienen esta vivencia ocasional, sino que también sufren
déjà vu crónicos, es decir, que constantemente tienen la sensación de estar “recordando” el presente.
Un grupo de investigadores liderados por el doctor Chris Moulin, quien ha abierto un
blog sobre esta investigación, ha reunido a un grupo de personas que padecen
déjà vu constantemente con el fin de determinar las causas cerebrales de lo que suponen es un
trastorno de la memoria.
La historia que relata al respecto la Universidad de Leeds en un interesante
comunicado parece el argumento de una película de ciencia ficción: un paciente acude a la consulta de un médico por primera vez en toda su vida y dice que no sabe para qué ha venido si ya tiene el recuerdo de haber estado allí, de lo que hablaron (o hablarán), e incluso puede dar detalles de algunos objetos de la habitación a los que todavía ni siquiera ha mirado.
Este paciente forma parte ahora del grupo de personas de la Universidad de Leeds que es analizado por padecer lo que se ha denominado déjà vu crónico, un supuesto trastorno de la memoria que provoca que los que lo padecen “recuerden” de manera constante el futuro, y que adelanten con asiduidad hechos y acontecimientos que aún no les han ocurrido.
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